"El pliegue", bienvenidos conquistadores interplanetarios y del espacio sideral (2024) de Andrés Jurado
Salgo de la sala con una sensación extraña. No sé nombrar lo que acabo de ver. Intento meterlo a la fuerza en alguna de las categorías que conozco, pero no se deja. Se resiste. Eso me gusta. Me parece algo interesante. Puede que sea un film sobre la resistencia. Pero resistencia a qué. A los gringos. A las imágenes de propaganda. A no mirar bien. A la estructura inicio, conflicto, desenlace. A creer que todo es blanco o negro. A los que se quieren robar la historia. Sí. Puede ser. Un film sobre la ambición del ser humano, también. Conquistar la luna, conquistar continentes, tener riqueza y oro ilimitados, no importa sobre quién haya que pasar. Ambición del realizador, de pronto, en querer decir más de lo que se dice. Sobre todo en el intentar meterlo todo, como si fuera una novela total. Pero sí es una película que hace boom. Ambición mía también de intentar atrapar una especie de animal veloz que se escabulle en su multiplicidad, en los muchos seres que parece ser, en tantas máscaras que se pone y se quita, en tantos espejos donde rebotan sus caras.
Con este film no sé nada. Resistencia, ambición, totalidad y contradicción: porque los gringos son colonos, pero también son colonizados por la selva del Darién. También extraños con su manía por conquistar, mientras que lo normal para los indígenas puede ser contemplar, soltar, dejar ser. La crítica de VG tampoco ayuda mucho en esto de bordear, de dar alguna certeza. Más bien confunde, pero en un mal sentido, no sé. No terminé de leerla.
El sonido modifica el archivo. Lo enrarece, pero también lo vuelve ridículo, hace que uno lo vea con ironía. Resiste al significado primero que quisieron darle y propone otro, uno nuevo. Resignifica. Porque el blanco gaste y gaste plata para ir a la luna y en la Tierra ni los negros ni los indígenas tienen para comer. Otra contradicción. Los gringos cogen el trópico de laboratorio para sus entrenamientos. Cuando no son astronautas, son paramilitares israelíes pagados por ellos y por el gobierno colombiano. Tanta civilización necesita supuestamente empaparse de salvajismo. Pero son ellos los que traen el salvajismo dentro y lo despliegan en Latinoamérica.
El pliegue. También puede ser un film sobre el pliegue. Comienza por los astronautas en la selva y termina con los astronautas en la selva, como una alfombra que se enrolla desde los lados opuestos y que luego se chocan. Y el archivo tiembla. Hace boom. Y el espectador también. No sé qué estoy viendo. Pero me gusta verlo. Dejarme llevar por la estructura esférica, kamikaze. Cristobal Colón saqueó, el gringo saqueó, el mismo colombiano saqueó. Y el pliegue se enrolla y vuelve al conquistador original: Andrés Jurado. El critica a los conquistadores, pero él también conquista el archivo como si fuera un tesoro y lo exhibe. Pero el tesoro no se deja aprehender. Eso es un logro. No es un documental, no es un film publicitario, no es un film experimental, no sé qué es. Es un artefacto que hace estallar la caja de Pandora de archivos fílmicos oficiales. Reconstruye el guión de los gringos para destruirlo y crea el sarcasmo, una sensación de ver algo invisible. Su ficción se desgaja y se le ven las costuras. Risas. Alivio. Libertad.
Pienso en Aguirre perdido en la selva que lo ha encerrado en una vorágine y lo ha enloquecido. Así se veía Neil Armstrong, como Aguirre. Conquistado. Pone en su carpa el aviso Chocó Hilton. Qué decir de eso. Todo lo quieren volver un hotel, un lugar de consumo desenfrenado, un lugar que creen que les pertenece solo porque han puesto un letrero. Me pierdo entre la búsqueda del oro en el Chocó, los negros en el puente, los indígenas, las imágenes del viaje a la Luna, la Luna conquistada por blancos sonrientes que encadenan alienígenas. Me pierdo pero en el buen sentido: no sé dónde estoy parado y debo reflexionar al respecto. Me he contagiado del virus letal, como en las películas de ciencia ficción. Me transformo en un ser extraño, como este film: lleno de remiendos, de pliegues, de máscaras, de rebotes, de sacudidas. Yo mismo soy un alienígena que ahora se encuentra girando en el espacio sideral.
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